El Botijo Sónico: Aventuras de Kirlian, menos es más
por Marcos Gendre | 5 de noviembre de 2012 | EL BOTIJO SÓNICO | ESPECIALES | Aventuras de Kirlian
El Botijo Sónico es una colección de artículos donde queremos recordar algunas bandas del cuarto de los trastos rotos y darles otra vez cuerda a fuerza de revisiones muy necesarias para comprender el inmenso y diverso legado del que disponemos.
Hablaremos de artistas que alumbraron el camino que ha puesto a nuestra escena entre las más destacadas e imaginativas del planeta: de Vainica Doble a Décima Víctima pasando por Family, podréis degustar de nuevo, o por primera vez, de platos que muchas veces han sido cocinados en restaurantes clandestinos de seis tenedores. Historia viva de un sendero por el que transita el 99 % de la música que se hace hoy en día.
Aventuras de Kirlian: Menos es más
Le Mans, Single y todo lo que se conocería como “Donosti sound”, sería todo lo que surgiría de Aventuras de Kirlian. Transcendencia máxima, producción mínima, toda su discografía se resume en poco más de media hora encapsulada en 26 viñetas cotidianas que más de dos décadas después siguen asombrando por su encanto intransferible.
Pongámonos en antecedentes: año 1984, la Movida Madrileña ya ha dado todo lo mejor de sí, allanando, de paso, el terreno para una nueva predisposición del oyente medio para empaparse de nuevas latitudes y formas sonoras, poniéndose los primeros cimientos de lo que será la gran revolución de 1992, la explosión de la música independiente, ejemplificada en el “Noise-pop tour” compuesto por las bandas Penelope Trip, Usura, El Regalo de Silvia y Bach is Dead.
Entre medias de estas dos escenas, Ibon Errazkin y Teresa Iturrioz toman el verano de 1985 como el punto de partida a su apabullante coalición musical, que casi tres década después, y tras los indispensables Le Mans, sigue en plena forma por medio de Single. Compañeros de generación de La Insidia – el germen de Family – y 23 Ojos de Pez – los posteriores Parafunk -, Aventuras de Kirlian comenzarían poco después de las primeras tomas de contacto su rodaje en directo al lado de formaciones tan significativas como éstas, llegando, en más de una vez, a compartir escenario por los bares de Donosti.
Tomando como máximos referentes grupos británicos como Young Marble Giants, los Felt de sus comienzos, Marine Girls y hasta algún apunte a lo Joy Division, la ruta de guía ya estará marcada para cuando en febrero del año siguiente se unan a sus ensayos Jone Gabarain y Peru Izeta. Será a raíz de la llegada de los dos nuevos miembros cuando empezaremos a tener las primeras pruebas grabadas de la existencia del grupo, a través de maquetas compuestas de temas como “Tres días” – muy Young Marble Giants -, “En tu zapato” – bajo la huella de The Smiths -, “Antepasados” – bossa-nova jazzistica pasada de rosca – “Una historia” – esta parece una mini-instantanea popi en sepia del “Atrocity exhibition” de Joy Division – o hallazgos del calibre de “Un cuento Chino”, un relámpago de pop multicolor expandido desde su genial perspectiva minimalista.
Canciones a la velocidad de sus ideas, siempre se mueven entre uno y dos minutos de duración, dejando a su paso un recuerdo más profundamente tallado en la memoria por el efecto que provocan al escucharlas, al tener la necesidad de retener su paso fugaz por la grabadora de los recuerdos. Estados de ánimo, perfectamente expresados en unas letras cotidianas que prefieren provocar una sensación de identificación que intentar relatar cualquier cosa que busque crear una barrera entre el día a día del oyente e imposibles historias de amor, o cualquier tipo de suceso extraordinario.
Maestros del detalle, y divulgadores del placer por las cosas pequeñas, Aventuras de Kirlian definirán muy rápidamente una personalidad, perfectamente perfilada, gracias a la naturalidad que brota de la sencillez instrumental dirigida por la guitarra de terciopelo de Ibon y la voz neutra y balsámica de Jone. A partir de 1987 se irá concretando aún más su sonido por medio de media docena de temas nuevos a través de los que irán puliendo, poco a poco, su sonido, desde el mismo momento que empiezan a marcar distancias con sus influencias, mediante joyas de twee-pop tan arrebatador como el de “Los genios” o esa tonadilla prima-lejana de “Verano Azul” que es “La canción del campamento”.
A pasos pequeños, aunque firmes, el recorrido de Aventuras de Kirlian se va enriqueciendo con el paso del tiempo. De esta manera, llegamos a 1988 donde nos topamos con “Manzanas y naranjas”, un tema-puente en el que podemos intuir por primera vez la influencia de Vainica Doble. Será durante este año, cuando en medio de uno de sus conciertos Alejo Alberdi, miembro clave de Derribos Arias, se fijará en ellos, dándoles la oportunidad de fichar por DRO.
Lanzados por la inercia de su permanente estado de gracia, el momento de la verdad llega para Ibon, Teresa y compañía cuando entran a grabar el que será su única prueba discográfica mientras seguían juntos. Máxima expresión de todo lo apuntado anteriormente, el mini-lp homónino con el que dejarán su firma dentro del libro de oro del pop español, los muestra más inspirados que nunca, con las ideas clarísimas y un puñado de temas antológicos. Imposible no sentir una punzada de sana melancolía al abrigo de “Un día gris”, “Maravillas” y “Largo y cálido verano” o arrastrarse por la magia que destilan las irresistibles “La ventana” y, sobre todo, “Victor”, una genialidad de pop tejido con agujas chinescas que penetra, como cuchillo caliente en mantequilla, dentro del cajón de del subconsciente reservado a los momentos que te marcan la vida para siempre.
Asombroso durante sus sobresalientes diecisiete minutos, “Aventuras de Kirlian” fue el prematuro canto del cisne de un grupo que seguiría por su camino trazado en una siguiente encarnación mucho más famosa que esta: los majestuosos Le Mans.
Ni que decir tiene que Aventuras de Kirlian fue el verdadero punto de partida para el nacimiento del “Donosti Sound”, influyendo de manera muy significativa en los dos primeros lps de la banda que más haría por su repercusión, y que no es otra que La Buena Vida.
Reivindicados por las parroquias más emparentadas con ese pop de etiqueta sensible y personal del que fueron verdaderos maestros, su culto no ha dejado de crecer gracias a excusas tan sabrosas como el notable recopilatorio, compuesto de todas sus maquetas hechas entre 1986-88, publicado por Elefant Records en 2001. Sello que ha estado detrás de algunas de las aventuras más sustanciosas – Nosotrash, La Casa Azul, Carlos Berlanga – , durante estas dos últimas décadas, sobre todo, hay que darles las gracias a estos apasionados amantes de la música más epidérmica por facilitar el trabajo de Ibon y Teresa, la dupla más intrépida entre los grandes espeleólogos del pop otoñal.
Me encantan todas estas letras por aquí. Lo digo en todas pero es verdad: ¡qué maravilla de sección!
Un grupo poco valorado para la influencia que ha tenido en tantos otros. No solo del Donosti sound como Le Mans, Family, La Buena Vida, sino en muchos otros, desde Nosotrash hasta klaus & kinski… Fueron los pioneros de todo esto. Me alegro que aquí lo digáis.
Marcos Blanco, eres un máquina! Estoy enganchadísmo a esta sección.