Diario del Contempopranea (o cómo sucumbí a los encantos del festival más pop) (I)

  Hacía un calor terrible en Córdoba cuando, por fin, sujeté con mis manos lo que era desde hacía meses una meta a conseguir: el abono del Contempopranea. No sabía nada de Alburquerque, ni cómo llegar ahí, ni que tenía un castillo, ni que quemaba tantísimo el Sol, ni las cinco interminables horas que debía hacer en bus… Y aún no teníamos tienda de campaña, ni saco de dormir, ni nada relacionado con un día de acampada…¡No importaba! Había escuchado durante años que el Contempopranea molaba y, fuese como fuese, yo… ‘La mujer esponja’, debía ir.

 Llegamos el viernes por la tarde. Nos sorprendió un mar de tiendas de campaña. La señora de las tijeras enormes ponía cara de asesina cuando te cortaba la cinta sobrante de la pulsera del festival… Una vez pasado el mal trago ya estaba todo listo: ‘Todos los raros fuimos al concierto‘, las chicas competíamos con el rojo más intenso de labios y los chicos con la camiseta más friki del armario. Y sin olvidar las gafas de pasta, no importa que seas miope o no.

  La entrada del festival era una masa de gente ofuscada por algún tema de taquilla. Después, seguía el mercadillo con gente forofa del hand made. A algunos ya los conocía de los blogs, porque nos dedicamos a lo mismo, pero igualmente fue un placer conocerlos en persona y ver las geniales ideas que se les ocurren.

  Reconozco que llegué tarde (el botellón previo en la puerta tuvo la culpa…). Sonaba La Bien Querida, un pop que, por el sonido del tamboril, se me antojó andaluz, (aunque no tenga nada que ver con Andalucía en sí, y sí con el folklore español) y claro, una que es de esos lares se emocionó ‘porque siempre me pasa lo mismo‘ cuando escucho canciones así. (sigue aquí –>)

MaryPepaPop