Russian Red – Concierto en sala Capitol

Empezaré con un apunte meramente económico (y algo indignado). Que a día de hoy, con la que está cayendo, te cobren casi 18 euros por un concierto ‘indie’ me parece un escándalo. Ya sé que los músicos tienen que vivir, y por eso voy a los conciertos (además de porque me gusta), para en cierto modo apoyarles, pero la crisis nos afecta a todos, y ellos tendrían que darse cuenta. Esto es simplemente una apreciación personal que puede estar más o menos acertada.

Acudía al concierto de Russian Red en la sala Capitol cargado de dudas, y no sólo por el precio de la entrada. Le había dado unas buenas vueltas al segundo trabajo de Lourdes Hernández, ‘Fuerteventura‘, y no terminaba de cogerle el gusto. Era como si en cierto modo, hubiese perdido algo que el primer disco tenía y este ya no (no sabría bien decir el qué).

Al llegar la sala ya estaba llena, y ya es un mérito porque la sala Capitol es grande de narices, y porque a la misma hora, el Barça estaba jugando la final de la Champions (y ganándola). Un poco más lejos de lo que me gusta, vi como la madrileña apareció sobre el escenario sin hacer mucho ruido, vestido de lunares negros, el pelo recogido como una de aquellas maravillosas cantantes de los años 50.

El único precedente que yo tenía era su actuación en el Festival do Norte de hace unos años, con un sonido no excesivamente bueno, así que la cosa prometía, porque a día de hoy no conozco un lugar en donde la música suene mejor que la sala compostelana (las verdades, por delante).

Ya tras las primeras canciones me di cuenta de varias cosas. Que sonaba genial, la primera, y segundo, que este ‘Fuerteventura‘ es muy diferente al ‘Love your glasses’, pero que en directo gana todo lo que no me había llegado escuchándolo en Spotify. Quizá porque el primer trabajo me transmitía una desnudez, una fragilidad, sentimiento, y ‘Fuerteventura‘ me transmite aires de música antigua (iba a decir años 50, o años 40, pero no tengo ni idea): a peli americana en blanco y negro. También un toque de frivolidad, quizá.

No es una crítica, desde luego. Suenan tan diferentes como deben sonar dos discos de alguien que evoluciona en su música, y el segundo disco de Russian Red refleja este hecho. Iba a tirar del tópico de los segundos discos, que nunca son fáciles y bla bla, bla bla, pero creo que no me va a hacer falta. ‘Fuerteventura‘ es diferente a ‘Love your glasses’, y no inferior, y en directo suena precioso, es como ir a buen concierto de jazz, o swing tranquilo, como estar en otro tiempo, y Russian Red encarna a una diva sobre el escenario con su guitarra y su voz espectacular (ni una nota se le fue), y un toquecillo de gracia justo y no sé si fingidamente forzado.

Notas: fue bonito verla cantar en castellano una canción preciosa, versión de una versión, de una banda llamada Los Campos Magnéticos. Debería hacerlo más a menudo.

‘Cigarrettes’ fue, de lejos, la más coreada y cantada, una pasada.

El concierto fue corto, cierto, y caro, cierto, pero aún así mereció mucho la pena.

Ernesto Diéguez