Maga, pop onírico español en estado puro

  ‘Maga es tan frágil que llora migajas de pan‘. Así empieza ‘Una piel de Astracán’, una de las canciones más conocidas del este grupo sevillano Maga, cuya principal fortaleza es el uso primordial de la metáfora en sus letras.

 Miguel Rivera, su vocalista, ha sido el responsable directo de crear canciones con formato de imagen, o incluso al revés, en composiciones que a veces rozan lo onírico. Por eso, buscar en los temas historias narradas de la forma tradicional, es decir, lineales, es una tarea imposible. Las canciones de Maga son cuentos sin desenlace y sin principio, exposiciones audiovisuales con la fuerza del empleo de la metáfora.

  Existe un punto de ternura indispensable en esos temas. Palabras que dibujan escenas ya vividas, emociones reconocidas por todos. En ‘Primer vuelo’, nos cantan ‘en la pared, descanso como un pez / discuto con mis pies y juego a que crecen / nostalgia de meriendas y besos‘ y retornamos a una infancia cercana, que nos produce empatía.

  Maga es el pop que se escucha a media tarde, en el momento de la evasión y la calma, en la mejor compañía y en silencio. Se saborea como el café invernal, se paladea despacio. Y en todos sus trabajos redescubrimos la nostalgia de tiempos pasados.

  Maga es el dulce de leche que compartimos sonriendo. El grupo que recomendar al alma frágil e inquieta que, más allá de las melodías, busca sediento un mensaje oculto pero latente.

  Descubrí el año pasado a Rivera participando en un concierto de Deluxe. Echamos de menos su universo, después del último álbum, ‘el rojo’ y nos preguntamos si Maga volverá pronto a sorprendernos con la ternura, la elegancia y la sencillez de un pop diseccionado hasta el límite, bien parido. Para recorrer y divagar entre nuestros variables estados del alma…

Pamela Espigares