La Casa Azul. ¿Desmontando ‘La Polinesia Meridional’?

por | 13 de diciembre de 2011 | DISCOS |

Hace un año conocimos el primer single de ‘La Polinesia Meridional’. Un ‘Todas tus amigas’ que meses antes Milkyway pinchó en una fiesta en el Elástico y nos paró el corazón. No nos enteramos de mucho en ese momento, pero sonaba a él y teníamos las palabras mágicas, ‘Es una nueva‘, y la ilusión. Esto es, febrero de 2010. Se dice pronto.

‘La Polinesia Meridional’ es el tercer álbum como tal de La Casa Azul. Desde aquel ‘Tan simple como el amor’ han pasado casi nueve años. Nueve años, tres discos. Y otras cosas, es verdad. En cierto modo, LCA siempre está ahí como referente dentro del pop de nuestro país, casi como un estilo propio, como un subgénero dentro de esto que llamamos Indie con carácter de mancha de aceite que llega a lugares insospechados. Y es que Milkyway tiene fans hasta en el infierno.

Para saber de qué va ‘La Polinesia Meridional’ basta con bucear un poco por Internet, releer notas enviadas a mansalva por Elefant Records, o recordar lo que os conté hace unos días: «referencias a Phil Spector, Norman Harris, La Elo, The Jesus and Mary Chain, Pizzicato Five, Los Ramones o The Style Council que ponen de manifiesto las angustias e inquietudes de un autor que se siente desorientado y temeroso ante el paso del tiempo, el mundo en declive, el sistema que se derrumba ante un entorno hostil y decadente, con letras que respiran pesimismo mientras dejan entrever chispazos de optimismo, el retorno a la sencillez y a la belleza; a agarrarse al amor como única forma de mantener una actitud vital ante la realidad, sin dejar de lado el sufrimiento y la incapacidad para superarlo». O ponerte a escucharlo, que es lo que hay que hacer con la música, mira que nos hartamos de decirlo: la música no se lee, la música se escucha.

Y ha sido escuchar ‘La Polinesia Meridional’ y quedarme sin palabras. Tras ese primer momento me quedé con un trallazo indiscutible, ‘La fiesta universal’; con la suerte de volver a escuchar la vocecita de Silvia Niza, que es lo mejor del disco (no de lo mejor: es lo mejor del disco), y con la calidad aplastante de ‘La Polinesia Meridional’, que es indiscutible. Pero tras esto, desconcierto. Me quedé sin palabras, pero sin palabras buenas, la verdad. Repetitivo, monótono y un algo anodino es lo primero que me vino a las orejas.

En una línea completamente continuista con ‘La revolución sexual’ –y me parece un eufemismo-, lo nuevo de La Casa Azul no es fácil de digerir. O demasiado. Ya lo dice en ‘Colisión inminente’: «resulto cargante y fatigoso, un insulto al trendy decoroso». Pero ¿no es esto acaso el sello de marca de La Casa Azul? Supongo que esto es lo que hay, lo tomas o lo dejas. Ahí están las melodías, los arreglos, la sempiterna impronta LCA, la (hiper)producción. Pero también el dramatismo, la sobreactuación, Guille Milkyway.

Mi única duda es si esto es creíble. Y aún siendo una obviedad –cómo va a ser creíble algo sobreactuado- la duda surge al observar ese fenómeno imposible de identificación público-artista. No lo tengo claro primero, porque no acabo de creerme que un señor que vive de lo que le gusta sea tan –aparentemente- débil. El sufrimiento es inherente al ser humano, como la capacidad de superarlo; la desidia ante el sistema, una obviedad ante la que te muestras de frente o de espaldas. Su manera de contarlo, si válida, no sé si llega. Nadie se cree que saber que todas tus amigas son unas inseguras, llenas de miedos y poses, te haga sentir mejor porque has descubierto que, como tú, son débiles. Semejante mezquindad no es creíble. Y lo peor es que, si obvias el mensaje, estás frente a un trallazo de canción. Segundo, resulta que no sólo la gente se lo cree, sino que les hace empatizar hasta límites insospechados, cuando están ante alguien –guste o no- completamente ajeno a sus realidades. Y es que para alguien que no entiende la vida sin superación personal, todo esto desconcierta demasiado. Me lo creía más cuando hablaba de (des)amor, porque eso sí nos toca a todos, seas pobre niño rico, o tirado del arrabal. Pero esto, no lo veo.

Lo tengo claro pero, ¿por qué cuando le he dado unas cuantas vueltas al disco, me vuelvo a sentir cerca de Shibuya? Solo que ahora no estoy allí, y sólo estoy viendo las fotos de recuerdo, algo histriónicas y con demasiado Photoshop, pero ahí están. Y en realidad, son de La Polinesia.

Al final, como no creo en ‘cualquier tiempo pasado fue mejor’, simplemente sé que -como esos amantes que saben que algún día su historia podrá ser, y un día descubren que se han aburrido de esperar-, la vida está ahí fuera y no hay que perder un segundo, porque, ay, Guillermo, es tan breve. Tanto esperarte…

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Peibol
12 años hace

genial articulo las cosas como son y lo que es este disco es un copia pega de lo anterior pero claro a la tercera ya no sorprende.

Anónimo
12 años hace

Fan de Rebequita. 🙂

Ernesto
12 años hace

tu artículo salta por encima del disco, compañera, me ha dejado helado de bien que está escrito… el último párrafo es de los de destrozar… wow!!
🙂

Anónimo
12 años hace

qué atrevida es la ignorancia

javipopter
12 años hace

Rebequita Dj,infórmate primero por favor. Es su cuarto disco,porque te recuerdo que hizo El sonido efervescente,primer largo,que está descatalogado. El resto,es tu opinión y es muy válida. No la comparto.

Anónimo
12 años hace

Javipopter, ¿dónde te informas? "El sonido efervescente" era un mini-CD, no un largo. Hay que pregonar con el ejemplo… 😉

RebequitaDj
12 años hace

Gracias Ernesto, me sacas los colores!

Javipopter, queridísimo pregonero, gracias por opinar. Pero he
considerado que “El sonido efervescente…” es un mini LP que luego se
reeditó en 2006. Fue la antesala del primer LP, que es a lo que aludo.

Al Anónimo 4, que desde ya digo que es mi favorito, le invito, en su
valor, a dar una clase magistral LCA. No creo que vaya de eso, pero el
saber no ocupa lugar.

Anónimo
12 años hace

Ya con cuarenta tacos me declaro fan incondicional de Guille desde el momento en que lo descubrí y ya han pasado algunos añitos desde el "Sonido…" pero, no puedo dejar pasar la ocasión de felicitarte por el magnífico artículo que te has currado…. has puesto palabras a las sensaciones que se me generaron con la escucha de su "Polinesia.."… MAGNIFICO RebequitaDj … Ya me has enganchado.

Rebequita
12 años hace

Vaya, muchas gracias 🙂

Dr Gol
12 años hace

De acuerdo con usted, doña rebe-quita, es lo que le pasa a LCA (el acrónimo lo desarrolla vd como prefiera, jeje), que hace años que no es creíble, la credibilidad no depende sólo del mensaje, ni de que sea repetitivo (lo de antes de la revolución sersuarr era repetitivo y el mensaje simplón y era creíble y molaba mucho, hay gente que lleva mil años haciendo lo mismo siempre y es creíble y gente que no dice nada en sus canciones y también es creíble…) yo creo que es cuestión de las musas, que abandonan a la gente cuando quieren, y a LCA hace tiempo que le abandonaron y lo sabe, y por eso no se cree a sí misma y por eso sufre aunque aparentenente creas que no tiene motivos, y por eso tú tampoco te lo crees, y por eso después de oir una vez la polinesia es más divertido leerla que seguir escuchándola. y no pongo puntos a parte porque tengo miedo de que si le doy al enter el mensaje se envíe a medio escribir

Rebequita
12 años hace