Festival do Norte 2013
por Ernesto Dieguez | 23 de abril de 2013 | FESTIVALES | FESTIVAL DO NORTE
El Festival do Norte aguanta el chaparrón de la crisis y se mantiene como referencia del panorama festivalero gallego. Galicia, que en otra época fue un hervidero de citas que iban volviéndose imprescindibles con los años, es ahora un desierto en donde nadie se acuerda de los caídos, en donde empiezan a abundar los festivales producidos en masa (no daré nombres), y en donde, desgraciadamente, cada uno se busca las castañas como puede. Supongo que decirlo no sirve de nada, pero da un poco de pena ver cómo se da la espalda a proyectos que incrementan el valor cultural de una ciudad, aseguran una buena cantidad de ingresos, y añaden una piedra al interés turístico.
El Festival do Norte, en Vilagarcía de Arousa, lleva muchos años a pie de cañón (este será el undécimo). Con un criterio particular y que se desmarca de la masa en la medida de lo posible, resiste el bajón de ayudas y subvenciones con la dosis más fuerte de esperanza y esfuerzo. Y en esta edición, su cartel responde a tiempos de crisis con una buena dosis de buena música. Es cierto que siempre se pueden hacer carteles mejores y más espectaculares, pero en lugar de pensar en los que no están, bien se puede pensar en los que si.
Dorian y Triángulo de Amor Bizarro llevan el disco bien calentito, igual que We Are Standard, Delafé y Las Flores Azules y Estereotypo, y La Habitación Roja, Sr Chinarro, Xoel López, etc, suelen ser apuestas seguras en cualquier parte. Habrá también sitio para las nostalgias, con Aerolíneas Federales y Dover (yo, al menos, siento nostalgia del ‘Devil came to me’, no así con las recientes… mmmm… exploraciones musicales del grupo), y para la fiesta sin freno con Novedades Carminha; y pese a todo esto, el cartel contiene más: Tórtel, Jane Joyd, Mvnich, Aurora, Toy, The Primitives, Guadalupe Plata, Delorentos, Pedrito Diablo y Los Cadaveras, y la habitual selección de DJs.
Razones más que suficientes para echarse la tienda de campaña a la espalda, largarse a Vilagarcía de Arousa, y no perder la esperanza en los festivales.
¿No?