Estévez – El suelo muy atrás
por Indiespain | 13 de febrero de 2013 | DISCOS | Estévez
Estévez hacen pop. Y eso, para empezar, está muy bien. ¿Qué otra opción hay? El pop se está convirtiendo en una herramienta de descontento, en una piedra que se lanza contra el cristal, que vemos hecho añicos en el suelo, orgullosos de la fuerza con la que la arrojamos.
‘El suelo muy atrás’ (curioso título), el disco de debut de Estévez es pop, vale, pero es algo más. Es un disco que usa el ritmo y la melodía como un discurso. Un disco que quiere ser amable y contiene amargura. Que en la sonrisa esconde una mueca, a veces una mueca amarga incluso.
Orgulloso de su origen granadino (tierra dura, ingrata, de buenos músicos y malos políticos), el grupo ha grabado doce canciones de pop luminoso y contundente.
Con una poderosa base rítmica, este disco breve y entretenidísimo gira en torno a la idea de la identidad (‘tengo que firmar con el pulgar / ya lo entenderás’ cantan en ‘Hoy marco yo el compás’) y el desconcierto, usando la melodía y el ritmo para hablar de sí mismos y de su (a veces complicado) entorno: la ciudad en estos tiempos duros. Es un disco sobre reivindicarse, autoafirmarse, sobre dejar atrás las cosas y seguir para adelante, sobre tener un sitio y perderlo y tener que volvérselo a ganar.
Las canciones de Estévez (siempre directas, sin especular) surgen del encuentro de la veteranía del bajista Dani Gominsky (un clásico de la escena granadina, que ha estado en Sugarfish o en Elastic Band) con la contundente voz de la debutante Mati Balboa (ni por asomo parece que sea la primera vez que se pone delante de un micrófono), del encuentro entre el humor y la nostalgia (‘Rebobinar’), de aceptar el romanticismo en todas sus acepciones (‘Mis errores’); son canciones sinceras, honestas y divertidas (‘Fuera de lugar’, ‘Hoy marco yo el compás’ o ‘Hacia donde voy’ tienen credibilidad y humor a partes iguales), llenas de pequeños hallazgos de arreglos o producción (el piano que se cuela en ‘Mis errores’, esa especie de country de ‘A ver que tal me va’, los desarrollos intrumentales a mitad de ‘Revolución’). Un pequeño disco que propone la más importante, quizá la única forma de revolución: la personal.
Vamos a romper con ellos todos los cristales.
Fernando Navarro
Las canciones
Para hablarnos de ‘El suelo muy atrás’ hemos contactado con los miembros de Estévez, quienes nos cuentan sobre su disco que «todo empezó sobre bocetos, pequeños loops, bases de aire sesentero, partes electrónicas…sobre los que vamos añadiendo melodías vocales que van dando coherencia al revoltijo, centrándonos en emocionarnos con el resultado sin pensar en nada más. Las letras vinieron después, nos enfrentábamos con algo, a nuestro parecer, más complicado, ya que, la idea era hacerlas a toda costa en español. El resultado ha sido un Collage musical a través del tiempo y un conjunto de lo que más nos emociona sin darnos cuenta».
Sobre las canciones, también nos ofrecen su visión en primera persona:
Fuera de lugar. La canción más personal del disco, un homenaje con humor a la amistad y a los que siempre están ahí, crece sobre un ritmo potente de timbales y un órgano robótico para desembocar en un estribillo de guitarras y melodías superpuestas estilo años 60.
Hoy marco yo el compás. Un divertido ajuste de cuentas con Granada y sus mentideros y con su gran oferta nocturna.
Rebobinar. Es un homenaje directo y claro a los años sesenta y el pop, centrado en 1966 y los acontecimientos y discos de ese año, aparecen: Lovin’ Spoonful, Beatles, Raphael, Los Brincos, la boda de John y Yoko, los Who, las bombas de Palomares, los disturbios de Sunset Strip, el arresto de Ronal Edwards…
Mis errores. No importa el qué dirán, si estás loco o viajas sin rumbo, si eres raro o perezoso, solamente es vital como te ve quién te quiere.
A ver que tal me va. Un homenaje a Troy Davis, condenado a muerte y asesinado por el gobierno de los EEUU en Septiembre de 2011. La canción habla por boca de alguien que sabe que va a morir.
No espero más. Una canción inquietante de desamor y a la vez de salida emocional, alude a esas situaciones en las que uno se ha cansado de esperar que todo vuelva a ser lo que era, y aún con desesperación y un hilo de esperanza ya está empezando de nuevo a volar en solitario.
El fuego ya estaba aquí. Rabia expresada desde un punto de vista pop, no podemos cambiar el mundo pero podemos hacer que sea más agradable, si nos dejan ser libres.
Revolución. Una gran resaca, una noche más en la que se planea una revolución detrás de una barra y queda en nada.
Las mismas moscas. La locura de la noche y la dulce forma de vida nocturna, en este caso granadina. Contiene un homenaje, en forma de títulos de canciones a los Love en la parte final y otro a nuestro grupo favorito de la ciudad, Lagartija Nick.
Hacia dónde voy. Más humor, esta vez para reflexionar sobre la soledad, el tropezar varias veces con la misma piedra y hacia dónde nos lleva el paso de los años, ¿cualquier tiempo pasado fue mejor?
Subida. La canción más hedonista del disco, refleja un estado emocional de equilibrio y perfección, alguien ha encontrado felicidad interior y pretende contagiar a los que le rodean.
Monster. Ciber-terrorismo en forma de chip implantado en los cerebros de los jóvenes más conformistas y que se controla con un mando a distancia.
No creo que ofenda a nadie si digo que la voz de la cantante me recuerda mucho a la de Rocío Dúrcal, sobre todo en "Reboninar", que creo que es también la mejor canción del disco. Lo digo como algo bueno, que conste.
Me gusta esta nueva modalidad: los grupos explicando sus canciones. Es como debe ser, lo demás son todo especulaciones o interpretaciones.
Súperdeacuerdo con Gaby, hace las mismas inflexiones de voz ¡un poquito la ha escuchado, eso está claro! 😀 Y sí, es un piropo. Estoy enganchadérrima, me voy a jartar a pinchar este grupo.
No he escrito yo "súperdeacuerdo", ha sido mi pedrada.
Fuera de lugar = temazo