¿A dónde coño vamos?
por Ernesto Dieguez | 21 de febrero de 2013 | ESPECIALES
Quizá es porque estoy leyendo ‘Dejad de lloriquear’, de Meredith Haaf, y su visión realista y crítica de la generación de los nacidos en los 80 me enciende malament.
Quizá es porque vengo de pasar unos días de vacaciones (y liberación mental) en Barcelona, y llevo mal la vuelta a la normalidad (lo cual también explica el malament de la primera frase).
Quizá es porque esta crisis impuesta por los que cagan caviar dura ya demasiado, y me canso de ver a la gente mal (y quejarse).
Quizá.
Aunque muchos de los que formamos parte de ese tremendo paro de jóvenes respondemos a la indolencia de la que se nos acusa (creemos que podemos solucionarlo todo en 140 caracteres, y resulta que no, que se soluciona en barricadas, y no precisamente en las virtuales), probablemente todos nos hemos hecho la pregunta: ¿A dónde coño vamos?
Pero, sobre todo, ¿qué tiene que ver todo esto que digo con la música?
Tiempo, tiempo. Especializo la pregunta: ¿A dónde coño va la música en este país? Y con música, me refiero a esta nebulosa que llamamos música indie (estoy en el escenario adecuado, me parece, y Mr IndieSpain se arriesga con mis palabras). Algún avispado dirá, y no sin razón: A donde va ya lo veremos, estaremos allí. Dirá, Qué pregunta estúpida. Bien, asumamos pues que soy un estúpido, seguidme el rollo.
Como habitante de la periferia de este estado administrativo y corrupto llamado España, y creyente de que la producción musical en mi tierra (Galicia) no es precisamente despreciable, hace ya 2-3 años que vengo percibiendo una decadencia en el ambiente, un declive. Se cierran salas y festivales, se reducen los carteles de conciertos, hay un menor número de discos. Supongo que la situación es equiparable al resto del país, y por eso me parece que la pregunta tiene cierta relevancia. Y más que aportar un poco de luz a todo esto (no soy un analista y mi conocimiento de la música indie es más bien superficial, de usuario ávido), estaría bien que estas palabras mal puestas sirviesen para que en los comentarios cada cual pudiese aportar su opinión al respecto, y entre todos llegar a alguna que otra conclusión (igual soy muy optimista y aquí no habla ni dios).
Que parte del problema es la pasta está más que claro. Festivales que se vuelven clónicos a fuerza de intentar asegurar ingresos, salas que se mueven por criterios semejantes y firman con marcas de cerveza para tener solvencia y así… y así, la precariedad elimina lo que yo llamo marca de estilo, eso que hacía que las salas tuviesen criterios bien marcados, y que no se decidiesen a traer a tal grupo solamente porque la marca de cerveza lo pide o porque saben que así llenan y tienen más consumiciones. La publicación de discos, por otro lado, parece más complicada que antes, abundan los EP en lugar de larga duración, y abunda cada vez más la autopublicación (me gustaría pensar que es porque cada vez más bandas prefieren autopublicarse para controlarlo todo, pero me temo que la respuesta va por otros derroteros, y si no, corregidme). También podríamos hablar de que quizá después de tantos años de Internet, finalmente está produciéndose el temido ajuste de la oferta y la demanda, de cambios en los gustos de los usuarios y de la industria, y yo que sé, incluso del cambio climático (por citar que no sea). Estoy seguro que ni acierto y que me dejo muchas cosas en el tintero, así que se abre la veda para lanzarme mierda pero sobre todo para opinar. ¿A dónde va la música indie en España?
¿A donde vamos? Yo lo tengo claro: Al desastre. Grupos que malviven y que salen adelante porque se toman esto como un hobbie porque una profesión no puede ser, saturación de bandas porque cualquiera que aprende dos acordes con la guitarra monta un grupo y además tiene difusión por internet, salas que cobran a los grupos porque también tienen que sobrevivir con tanto acoso del ayuntamiento de turno, festivales que se declaran en quiebra, la subida del IVA, la puñetera SGAE (¿ya nadie se queja del ROBO que siguen haciendo??), un público pasota y poco sensibilizado con la música al que sólo le importan los macrofestivales y muy poco los conciertos en salas… etc etc. ¿La solución? Esperar a que pase todo esto (no hay mal que cien años dure) y ver dónde queda cada uno, si es que para entonces estamos vivos aún…
Hola Ernesto. Muchas gracias por tu artículo, me ha gustado mucho y creo que es bueno para iniciar un debate. Pero para mi la respuesta la has dado en el mismo texto: "quizá después de tantos años de Internet, finalmente está produciéndose el temido ajuste de la oferta y la demanda, de cambios en los gustos de los usuarios y de la industria". Yo creo que es sobre todo eso (aparte que estamos viviendo otros cambios en la sociedad y una crisis que no tiene fin). Hay tantos grupos ahora que el mercado está saturado, pero también el público está saturado de tanta oferta, y creo que eso es bueno porque se va a volver a la época donde el público se quedaba con unos pocos grupos, que son los que realmente valían la pena. Estos grupos, que podrían ser ahora Lori Meyers, Love of Lesbian o Supersubmarina son los que van a salir adelante. El resto tendrán que dedicarse a otra cosa.
Yo creo que nada ha cambiado, solo la manera de llamar las cosas. Lo que era industria ahora es internet, lo que eran discográficas ahora es spotify, el indie sigue siendo indie pero lo conoce más gente, la música comercial ahora es mainstream… Más o menos, el mismo sistema de antes pero con otra careta. Lo que flipo es de los grupos que siguen tragando con esto. Lo de "regalarle" la música a spotify cuando siempre se han quejado del monopolio de las multinacionales es sangrante… No aprendemos.
Este Debate sobre el estado de la "Indición" sí que me gusta. El otro, como que mejor en la calle.
Mientras llega el sábado para encontrarnos allí, en la calle, vuelvo a los nosécuántos caracteres. Aquí no sé si hay un problema, o es que nos pasamos la vida pensando que cualquier tiempo pasado fue mejor. Está claro que la falta de recursos tiene dos vertientes, y es que mientras por un lado agudiza el ingenio, por otro saca lo peor que llevamos dentro. Al final, yo no creo que las cosas sean muy diferentes ahora.
Pero de todos los palos que podrían tocarse,personalente creo que la clave está en que las cosas cambian porque están vivas, y también cada uno de nosotros. Por ejemplo (sigo con el yomímeconmigo), en mi caso la percepción que tengo es diferente, porque mis intereses a lo mejor son algo diferentes. Ya no me interesa tanto estar todo el día engullendo música -sin que siga siendo algo que necesito para vivir- porque me interesan más otras cosas, fruto de lo que estamos viviendo, y son cosas que me llevan tiempo y se lo dedico tan a gusto. A lo mejor es que hay más gente la gente le mueven otras cosas y eso modifica el perfil de público, y con ello las escenas… no lo sé.
(Peero, no me resisto: Marga, si los grupos que van a salir adelante son esos, mejor cerrar el chiringuito. No obstante, ¿qué es salir adelante? Hay muchos grupos que les importa un pito tener que currar en su oficina, mientras hacen lo que les da la gana.
Sobre lo de "salir adelante" estoy totalmente de acuerdo con RebequitaDj. Un ejemplo, Fernando Alfaro estuvo trabajando durante muchos años en una gasolinera y no por eso dejó de hacer música, y de la buena.
Salir adelante para un músico no debería ser sinónimo de vivir de la música (porque si nos fijamos en los que viven de la música, y muy bien, se nos cae el alma al suelo). Lo importante es que un músico tenga las facilidades y escena adecuados para hacer sus canciones y poder mostrarlas. Eso sí se lo están cargando.
Y no ganarán, pero tampoco es de recibo que les cueste dinero.
Gracias (y a pesar) de internet, nos llega una gran cantidad de información casi cada minuto. Más bandas, más canciones, más de todo. Si uno no sabe dosificar tantos datos, es remotamente imposible asimilar toda esa información en tan poco tiempo, y así mucha gente ha relegado la música a algo de usar y tirar. Quito esto y lo repongo por otro distinto.
Grabar un disco, nunca ha sido algo asequible para todo el mundo. Si quieres un sonido un poco profesional no vas a gastarte menos de 3.000 ó 4.000€, eso contando que contrates un estudio de grabación medianamente bueno. Pero no es culpa de esta suma de dinero que los grupos se autoediten. Eso ha existido siempre, incluso Quique González, por citar a alguien comercial que cualquier discográfica ficharía, ha autoeditado muchos de sus discos. En Los 90 bandas punteras como El inquilino comunista autoeditaron sus primeros trabajos. Solo, y digo SOLO, Los planetas pueden presumir de haber trabajado toda su carrera con una multinacional.
Y aunque en los dos últimos años sí es cierto que funciona más el éxito inmediato, la canción directa a modo de single, no creo que decir que ahora se editan menos discos sea cierto. Al menos mi colección ha crecido más en este tiempo que en los años anteriores y no porque mi poder adquisitivo haya mejorado, en este país eso sería ciencia ficción.
Y por último quiero citar unos nombres al azar:
– Niño y pistola, Tora tora tora, Franc3s, Maryland, Triángulo de amor bizarro, Igloo, Fantasmage, Nadadora (que se acaban de separar), Mano de obra (…)
No creo que en los 90 hayan existido un número (y me faltan muchos por nombrar) de bandas haciendo música de calidad en Galicia. Pero ya se sabe, cuanto más de aquí, menos caso le hacemos.
El indie patrio no está en extinción, siempre ha sido así y por eso nos gusta. Por eso se llama indie.
Buenos días,
Efectivamente, a lo mejor unas vacaciones fuera de España no nos
vendrían mal para volver y empezar a poner barricadas.
Internet lo está cambiando todo, los grupos noveles tienen al menos una
manera de intentar mostrar su música de una manera "profesional". Aunque
es cierto que las nuevas tecnologías han puesto patas arriba el modelo
"copyright" de los huevos de oro, y eso está pasando factura a toda la
"industria". Las discográficas están desapareciendo porque no se venden
discos, y con las descargas, de momento, los autores no pueden vivir.
Los autores y grupos se ven forzados a "vivir del directo" y por si
fuera poco nos imponen "la crisis", y nuevas políticas económicas y "de
convivencia" que obligan al sector del ocio nocturno a cerrar salas y
manda a la quiebra a festivales.
La industria de la música y todos los servicios derivados: promotoras,
managements, salas, festivales, casas de música, tiendas de
instrumentos, locales de ensayo; obviamente no podrán aguantar este
ataque económico, el orden de prioridades en plena crisis no lo permite,
y el gobierno parece saberlo. Por ello acompañan esta decadencia
cerrando conservatorios musicales y escuelas de música, lo que en mi
opinión, es la medida última en contra de las personas, de la profesión
y de la industria. Nos quedamos sin "cantera", sin sangre nueva.
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Es difícil analizar y prever cómo va a ser el modelo en el futuro, sin
embargo, toda la industria ha mirado hacia Spotify y Itunes como las
herramientas más eficientes y "algo" rentables. De otra manera, no
habría otra posibilidad de ingresos más allá de SGAE y el directo. Desde
mi punto de vista, hay dos facetas muy claras en el futuro de la música
independiente: la económica, y la ideológica; estrechamente ligadas, y
en este momento, peligrosamente en manos de un gobierno con afán de
adoctrinamiento ideológico, y con ninguna gana de mantener este
"desmadre" en el que vivimos gracias a "los rojos". Las escuelas de
música eran una extensión del "estado del bienestar", y aquello lo están
desmontando pieza por pieza. En el futuro tan sólo sobrevivirán los
entes que sean "rentables", o los amigos, los elegidos, lo comercial, lo
uniforme, lo tradicional, lo taurino, lo que no moleste, y lo que no sea
diferente de lo que proponen las tradiciones del S.XIX.
En conclusión, vivimos en épocas de incertidumbre por el cambio de
modelo debido a las nuevas tecnologías. Hasta que descubramos cuál es
ese modelo "rentable" para todas las partes, quizás en ese momento la
industria podrá levantar cabeza.
Por otro lado, ideológicamente se están tomando medidas que atacan la
forma de vida de la industria musical, y se han dado golpes muy
contundentes que va a costar alguna generación recuperar. Desde mi punto
de vista, en el futuro volveremos a un modelo parecido al de años
anteriores, donde dominarán unos pocos empresarios, unos pocos grupos,
unas pocas empresas; una vez asimilada la era digital. Además, si
seguimos en esta línea ideológica, cada vez habrá menos músicos, menos
grupos, menos festivales, menos salas de conciertos, menos cultura.
Si todo sigue igual, el el futuro un joven de 16 años podrá asistir a
corridas de toros subvencionadas, ir a ver a sus amigos ensayar en su
chalé de la moraleja, y en verano no podrá asistir a los cuatro
festivales "rentables" que queden, y donde además tocarán sus amigos, y
su padre se forrará porque además patrocina el evento con su marca de
cerveza. Todos los que no tengamos cierto nivel económico, seremos meros
consumidores, y meros espectadores de una escena musical en la que no
nos podremos permitir participar.
Por último, la música es de todos, y siempre habrá música, da igual las
circunstancias, sin embargo, será complicado acceder de la misma manera
a escuelas de música, instrumentos musicales, o espectáculos en directo.
La música Indie, es y será, pase lo que pase, pero el factor ideológico
puede mermarla en gran medida, el económico hemos visto que es
importante, más no determinante para su futuro.
Saludos,
W.
De acuerdo con lo que dices, con un matíz: la enseñanza musical en este país es UNA RISA, el número de conservatorios es OTRA RISA, y el acceso a ellos, instrumentos, material, etc. son UNA RISIÓN de toda la vida, no de hoy. Ahora mismo ya es el descojono padre, y en unos años – ahí sí, como bien dices-, ciencia ficción.
Pero vamos, que no es nada nuevo, las élites conservadoras siempre van a evitar la permeabilidad de la cultura a la población, por definición. Yo es que creo que igual todo el cambio de modelo pasa por dejar de hablar de "industria"…
Los autores y grupos se ven forzados a "vivir del directo"
Esto ya pasaba en el año 95, ningún artista sacaba más de un 1% de la venta de sus discos, cosa que compensaban pidiendo unos cachés desorbitados. Nada ha cambiado en ese aspecto, bueno sí, que un grupo "novel" antes iba a una sala (porque los festivales no existían, al menos entre el 94 y el 2000 yo solo fui a uno de los tres que había en España) por los gastos y un poco de la taquilla. Ahora un grupo con un disco (o ni eso) ya te impone un mínimo de entre 300 y 500€. Todos sabemos que vivir de la música es algo bastante difícil, pero entre eso y pedir cifras de este tipo cuando todavía no se está al nivel hay un termino medio, no me extraña que ciertas salas no puedan sostenerse.
Pero qué dices Monty Cliff? Si las salas no pagan a los grupos, al revés, les cobran 250€ o 350€ por alquilarles la sala… Al menos en Madrid funciona así.
Y claro, al final tocan en salas no los mejores a criterio de los programadores sino los que juntan entre varios unos ahorros y se lo gastan en un concierto para los colegas. La calidad de los programas de las salas se resiente muchísimo por culpa de esto.
Hombre, yo no sé en qué trabajas tú, pero yo tengo una sala desde hace 10 años, y te sorprenderías de los Backlines que piden algunos grupos de los que ni siquiera uno ha oído hablar.
Sí que existen salas que funcionan con alquiler, pero solamente lo hacen con bandas que no tienen ningún tipo de tirón y así pueden cubrir sin arriesgar. Y no me parece mal si al final la taquilla al completo es para el grupo, en una sala de 200 personas a 10€ la entrada, salen ganando.
Ya me extraña que toda la taquilla sea para el grupo…
Casa sala funciona de una manera. Las hay de taquilla 100 %, de alquiler, de porcentaje por entrada..
Tampoco es nada malo, hay que entender que es un negocio y tampoco es posible brindarle las mismas oportunidades y ventajas a un grupo que aporta seriedad y público, a uno que lleva 5 colegas.
Pero vamoos , hay de todo en todos los lados, tanto en grupos, como en salas.
Saludos,
La verdad es que cada vez resulta más difícil asimilar un disco, ya que cuando lo has escuchado dos o tres veces ya sale otro igual de bueno, y no hay tiempo para todo. Antes no ocurría esto porque las discográficas eran las que hacían de filtro, pero tampoco era bueno porque tenían un criterio nefasto, al fijarse sólo en los números y no en el talento. Tengo claro que, de los dos modelos, este es mejor, pero no es ideal, y queda mucho por hacer. Pero estamos empezando.