Maga – A la hora del Sol
por Ernesto Dieguez | 28 de abril de 2010 | Sin categoría | Maga
– ¡Maga en la Mondo!
– Bah, a mí nunca me han llamado la atención.
Porque, aunque para mí eran una vieja cuenta pendiente (poco se prodigan los sevillanos por terra galega), para mi compañera de conciertos su cita en Vigo no despertaba precisamente entusiasmo. Era, por tanto, un reto (desenlace: al final).
Un reto del que no sabía si saldría precisamente bien parado (ni, por efecto dominó, Maga). Antes de escuchar su nuevo trabajo, ‘A la hora del Sol’, a mí ya me habían hablado de él (tanto bien, como mal). Que si su música había bajado varios peldaños, que si era ‘menos buena’, o que sus letras ya no tenían la ‘metaforicidad’ de antes, que eran mucho más simples. Así, una tarde de Sol (muy adecuado), me puse el disco sin saber muy bien qué me podía esperar. Luego, todas mis dudas desaparecieron. Allí donde unos habían visto un empeoramiento de su música, yo solamente veía la lógica evolución de un grupo de personas que basan en su creatividad lo singular de su música. Porque alguien que se estanca, muere. Y en cuanto a las letras, debo comentar que aquellas maravillosas metáforas con las que Maga nos deleitó en sus primeros trabajos siguen ahí. Lo que ocurre es que no tan evidentes como antes, ahora yacen escondidas bajo un velo de realismo. Y todo esto se engloba bajo la palabra evolución. Y la evolución de Maga con su nuevo disco, a mí me gusta.
Ocurre que, aunque yo no lo sabía, los directos de Maga eran de los que convertían sus ya de por sí buenas canciones en grandes canciones. Porque las tocan con entusiasmo, ellos se lo pasan bien, y así nadie puede salir decepcionado de un concierto. Ah, y porque también tienen tablas. Calentaron los siempre difíciles principios de concierto con un repertorio de cuatro joyas de sus primeros discos, para luego ir introduciendo las canciones del nuevo entremezclándolas. Sin muchas pausas, con un sonido perfecto, canción tras canción que el público coreaba como verdaderos himnos, con el deseo velado de que el concierto no terminase.
Pero, obviamente, terminó (yo creo que los chicos de Maga salieron tan contentos como los que allí fuimos a verles). Y mi compañera de conciertos se rindió a la evidencia, aunque con la reticencia del orgullo femenino.
Gracias a Maga, esta vez había ganado.
es que a ver, el directo es mejor que el disco, reconocelo!!!! ;D